
Estaba en un mundo perfecto, todo era como yo quería, todo estaba en su lugar, cerros verdes, un cielo celeste, un sol amarillo perfecto, flores de todo tipo, calles limpias, no había nada gris. ¡Despierta!
Miré por la ventana y todo volvió al presente, cerros que con suerte se ven de tanto smog, pasto quemado, plantas que no pueden respirar y cada día se mueren más, pajaritos que no encuentran agua para tomar, calles sucias, el cielo ya no se ve, todo esta contaminado!
Me encantaría que todo volviera a ser como cuando era pequeña, el verano era ideal, luego venia el otoño lleno de hojas, un invierno con lluvias de esas que te dan ganas de encerrarte y dormir, y esas primaveras que te sacan un suspiro. Era un planeta tan sano.
Pero ... ¿Qué pasó? ... ¿Cuánto podemos llegar a contaminar? ... ¿Cuándo pensamos parar? ... ¿Cuando pensamos en ayudar al planeta?
Mientras converso con mi almohada encontré un comercial que me cambio la vida, gracias a ese comercial me di cuenta que con un millón de personas podemos cambiar el mundo, con un millón de personas podemos hacer que el planeta respire y que cada estación del año vuelva a su normalidad. Ya basta de otoños que parecen inviernos y de primaveras que parecen verano! hace 12 años todo era normal, en verano hacia calor, en otoño venia el viento y botaba las hojas, en invierno llovía para nunca más salir y en primavera volvían las hojas que botó el otoño.
Ahora todo es diferente, pero todos podemos ayudar a que el planeta cambie.
No debes hacer ni un click, ni siquiera unirte a un grupo inservible que exista en la web, solo tienes usar tu cabeza y cambiar todo lo contaminante que puedas estar usando en este momento. Desconecta tu cargador de celular cuando no lo estés ocupando, apaga las luces antes de dormir, usa el agua necesaria, etc.
Por un planeta más sano, COOPEREMOS.
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